Una de las primeras actividades con la que se puede intentar que los
niños aprendan los componentes del sistema solar es la creación de una
canción. Es importante que la canción tenga cierto ritmo contagioso para
que a los pequeños les llame la atención cantarla y puedan aprenderla
fácilmente.
En caso de que sea un poco complicado inventar una melodía, existe
una ya en el mercado: “La canción de los planetas”, de Enrique y Ana, un
dúo español que se hizo famoso en los años setenta cantando canciones
infantiles. Es recomendable utilizar esta canción con niños de cinco a
siete u ocho años.
Otra de las formas de enseñar el sistema solar a los chicos es
realizar una pequeña obra de teatro en que los personajes sean los
planetas. Hay muchas opciones para construir la historia, lo que no se
tiene que perder de vista es lo que se quiere conseguir. Si el tiempo no
es muy apremiante, hay actividades más cortas que facilitan este
proceso, como escribir un cuento, elaborar una historieta o hacer un
collage sobre cada planeta.
En caso de que lo que se quiera hacer sea un poco más serio y sin
entrar tanto dentro del juego y la dinámica, se puede optar por la
construcción de un planetario. Para ello los niños deberán investigar,
auxiliados por sus maestros o papás, cada uno de los planetas, sus
características y ubicación en el sistema solar. Una vez que se haya
reunido la información requerida, se comenzará con la construcción de
cada planeta, apegándose lo más que se pueda a la característica de cada
uno. Incluso si la edad del niño rebasa los ocho años, se está a tiempo
para hacer un planetario más detallado. Se pueden agregar los satélites
de cada uno, así como los cometas, meteoritos y asteroides, junto con
una explicación escrita (hecha por el niño) de qué es cada uno de los
objetos.
Antes de comenzar
Es importante transmitir al niño
el interés y el gusto por lo que se le quiera enseñar, sin olvidar que
la etapa en la que se encuentra, el aspecto lúdico, como los juegos y
las dinámicas, facilita el proceso de enseñanza, sobre todo de algo tan
interesante como es el sistema solar. Abrir las puertas de la mente del
niño y convertirlo en investigador y lector, es una tarea que no sólo
depende de la escuela, el apoyo de los padres de familia ayuda en gran
medida a que los pequeños se sientan capaces de memorizar y transmitir
los conocimientos adquiridos.
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