viernes, 15 de junio de 2012

Actividades sencillas para aprender el sistema solar

Una de las primeras actividades con la que se puede intentar que los niños aprendan los componentes del sistema solar es la creación de una canción. Es importante que la canción tenga cierto ritmo contagioso para que a los pequeños les llame la atención cantarla y puedan aprenderla fácilmente.
En caso de que sea un poco complicado inventar una melodía, existe una ya en el mercado: “La canción de los planetas”, de Enrique y Ana, un dúo español que se hizo famoso en los años setenta cantando canciones infantiles. Es recomendable utilizar esta canción con niños de cinco a siete u ocho años.
Otra de las formas de enseñar el sistema solar a los chicos es realizar una pequeña obra de teatro en que los personajes sean los planetas. Hay muchas opciones para construir la historia, lo que no se tiene que perder de vista es lo que se quiere conseguir. Si el tiempo no es muy apremiante, hay actividades más cortas que facilitan este proceso, como escribir un cuento, elaborar una historieta o hacer un collage sobre cada planeta.
En caso de que lo que se quiera hacer sea un poco más serio y sin entrar tanto dentro del juego y la dinámica, se puede optar por la construcción de un planetario. Para ello los niños deberán investigar, auxiliados por sus maestros o papás, cada uno de los planetas, sus características y ubicación en el sistema solar. Una vez que se haya reunido la información requerida, se comenzará con la construcción de cada planeta, apegándose lo más que se pueda a la característica de cada uno. Incluso si la edad del niño rebasa los ocho años, se está a tiempo para hacer un planetario más detallado. Se pueden agregar los satélites de cada uno, así como los cometas, meteoritos y asteroides, junto con una explicación escrita (hecha por el niño) de qué es cada uno de los objetos.

 Antes de comenzar
Es importante transmitir al niño el interés y el gusto por lo que se le quiera enseñar, sin olvidar que la etapa en la que se encuentra, el aspecto lúdico, como los juegos y las dinámicas, facilita el proceso de enseñanza, sobre todo de algo tan interesante como es el sistema solar. Abrir las puertas de la mente del niño y convertirlo en investigador y lector, es una tarea que no sólo depende de la escuela, el apoyo de los padres de familia ayuda en gran medida a que los pequeños se sientan capaces de memorizar y transmitir los conocimientos adquiridos.

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